
La isla de Sumba es sobre todo conocido por los hoteles de lujo que tiene para estancia en playa, pero también es perfecto para aquellas personas que quieren conocer sitios de verdad auténticos y sin apenas turistas.

Sumba, una isla salvaje donde el tiempo parece haberse detenido, un lugar mágico para perderse en una naturaleza maravillosa, playas de postal, plantaciones de café y campos de arroz.
El aeropuerto principal para llegar a Sumba es Tambolaka.
Consejo Situmedicesvoy: No os podéis perder la hermosa puesta de sol en el cerro Lendongara. Un lugar tranquilo donde puedes sentarte y relajarte mientras disfrutas de la hermosa vista de los cerros, el mar a lo lejos y el paisaje de los pueblos.
Opciones mas allá de la playa:
Se puede realizar una visita a la zona de Waikacura, para disfrutar de un paseo en los arrozales, entre los cuales discurre un pequeño río. Y terminar disfrutando de la cascada de Lapopu. Para llegar a esta cascada es necesario caminar unos 15 minutos por los arrozales y cruzar un puente de bambú.
Visitar pueblos como el de Praijing, un pueblo tradicional rodeado de vegetación. Este es uno de los pocos pueblos donde podemos obtener una buena fotografía panorámica de todo el pueblo. O el pueblo de Ratenggaro, donde podréis admirar las casas tradicionales, todas construidas a mano, con los techos más altos de todo Sumba. Este pueblo es el único de los pocos pueblos tradicionales que quedan en la zona. Cada casa puede acomodar hasta 50 miembros de la familia. Sin embargo, durante la temporada de cosecha, la mayoría de los aldeanos permanecerán en sus campos para trabajar y dejarán solo a los ancianos y los niños en la aldea. Este pueblo también es hermoso porque está construido frente a la playa.

Nuestras recomendaciones de hoteles en Sumba:
NIHI SUMBA (elegido varias veces el mejor hotel del mundo)
No se trata sólo de escapar de la rutina, sino de volver a la vida tal y como debe ser. Es un santuario para quienes buscan conectar con algo más grande. Un refugio para aventureros, exploradores apasionados y almas curiosas. En definitiva, un destino con propósito.
Se encuentra en Kodi, al oeste de la isla de Sumba. Aquí, el tiempo se detiene. Junto con las comunidades locales, podréis experimentar parte de esta cultura tan largamente conservada, como la pesca tradicional, el tejido ikat y la equitación con sándalo de Sumban.
Está enclavado en una exuberante reserva dentro de las tierras ancestrales del pueblo Marapu. Dispone de una extensión de 100 hectáreas para poder explorar. Kilómetros de playas vírgenes de arena blanca, donde poder surfear, dar paseos a caballo o visitar a yacimientos megalíticos.

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