¿Qué sabes de Namibia?
Hasta no hace demasiado Namibia era un gran desconocido para el turismo de masas que vivía a la sombra de otros destinos más populares como Kenia, Costa Rica o Bali…Nosotros lo hemos visitado por carretera y en avioneta, hemos dormido en tiendas de campaña y en los alojamientos más sofisticados y queremos dedicarle aquí un merecido espacio para que os dejéis seducir por sus encantos.
Pongamos en contexto….
Se trata de un país con una extensión de 825.420 Km2, un 60% más que España, pero en el que tan sólo viven unos 2,5 millones de personas, más o menos los mismos que en la provincia de Valencia.
Namibia a lo largo de su historia ha tenido influjos portugueses, alemanes y sudafricanos hasta 1990, año en el que alcanzó su independencia. Fue una de las pocas colonias que tuvo Alemania y, al finalizar la Segunda Guerra Mundial quedó bajo el “protectorado” sudafricano y vivió los efectos del Apartheid.
Hoy en día puede presumir de haber dejado todo ese pasado detrás y explota sus riquezas mineras (uranio, diamante…) así como pesqueras y en las ultimas décadas su riqueza como destino turístico. Namibia lo tiene todo para ser visitado: Es un país seguro, con una variedad de paisajes espectacular, una oferta de alojamientos exquisita y, ante todo, diversidad.
Vamos a contaros un poco de los puntos más conocidos en estas líneas. Dada su amplia extensión el país puede recorrerse en vehículo (las carreteras son muy buenas y seguras) o pueden acortarse horas de coche realizando algún trayecto en avioneta.
Parque Nacional de Etosha
Es el lugar de safari por excelencia. Al norte del país se encuentra el Parque Nacional de Etosha, uno de los más grandes del mundo con 22.270 Km2 caracterizado por el color blanquecino de su tierra, muy rica en carbonato. Ofrece gran variedad de paisajes y con ello gran diversidad de especies.
Twyfelfontein y sus Petroglifos
Parada obligada en nuestro recorrido por el país es Twyfenfontein, uno de lo mayores tesoros arqueológicos de África. Sus grabados datan de hace 2000 a 6000 años por los primeros grupos de cazadores-recolectores de la Edad de Piedra. Fue declarada Patrimonio de la Humanidad en el 2007 y resulta verdaderamente espectacular de contemplar.
El mítico Skeleton Coast
Esta costa de los esqueletos debe su nombre a que la corriente fría de Benguela al chocar con el desierto genera un parque de nieblas casi permanente que junto con el intenso oleaje hizo naufragar a muchísimos barcos. En nuestra opinión, sobrevolarlo en avioneta es un “must” que no deberíamos dejar pasar.
Swakopmund y Walvis Bay
Además de Windhoek, la “ventosa” capital podemos afirmar que estas dos ciudades son los puntos donde se concentra la mayor parte de la civilización y las encontramos interesantes y encantadoras…además, después de varios días de paisajes infinitos, un poco de “contacto humano y urbano” se agradece. Swakopmund es una pequeña ciudad que rezuma sus orígenes alemanes, pequeños bed and breakfast, sitios para tomar un bocado..y calles impolutas salpicadas por alguna tienda de artesanía local.
Desde estos puntos es donde podemos contratar actividades de deporte de aventura a realizar en el desierto: quads, sandboarding, rutas en 4×4, sobrevolar en globo, en avioneta…
El Desierto del Namib
Para mí uno de los sitios más bonitos que he visto en mi vida.
Es uno de los desiertos más grandes (81.000 Km2) y antiguos del mundo que transcurre paralelo al mar y con las dunas más altas. Merece la pena destacar deadvlei, una zona de arenisca que resalta entre las arenas rojas del desierto y que pertenece a un antiguo pantano hoy en día desecado salpicado de acacias desecadas. Alojarnos lo más próximos a esta zona nos permitirá disfrutarla con menos turistas y con mas tranquilidad tanto de madrugada como pasadas las horas de más calor.
Dato curioso: ¿sabéis como se pronuncia Windhoek?, pues ni mas ni menos que “binduk”
Si queres conocer algo mas de este fascinante destino, pincha aquí.