
Namibia es un país con espectaculares paisajes, mezcla cultural y fauna salvaje.
Su nombre significa “inmenso lugar de la nada”
Los bosquimanos definen al país como “la tierra que Dios hizo con ira”.
Es un país predominantemente árido, que cuenta con una geología asombrosa y con las dunas más altas del mundo.
Uno de los desiertos más antiguos del mundo, el desierto del Namib. Y ademas, el segundo cañón más grande del planeta, el cañón del río Fish, están en Namibia.
Os damos 10 razones para descubrir este fascinante país:
1. Ver amanecer en el desierto del Namib
Sin duda, los cambiantes colores de la arena en el desierto del Namib, según avanzan las horas del día, son un espectáculo de tal belleza que te deja sin palabras. Los tonos dorados de una arena heladora antes del amanecer dejan paso a todas las tonalidades de naranjas y rojizos de una arena ardiente al mediodía.
Deadvlei, un gran lago desecado hace cientos de años. En él se conservan docenas de acacias muertas. Es el lugar en el que el rojo brillante de la duna contrasta con un cielo completamente azul, con el blanco cegador del lago desecado y con el color negro de las acacias.

Las dunas son tan grandes como montañas y su existencia es anterior a la extinción de los dinosaurios. La Duna 45, es una de las dunas más fotografiadas del mundo por su perfecta silueta. Denominada así por estar situada a 45 km de Sesriem, la puerta de entrada al parque Namib Naukluft.
2. Conocer a los Himbas
Son una etnia semi-nómada que aún conserva su estilo de vida prácticamente intacto desde hace siglos. Se dedican al pastoreo de su ganadería, compuesta de vacas y cabras.
Sus asentamientos se localizan al noroeste del país, una de las más remotas y salvajes de Namibia, llamada Kaokoland.
Es una etnia muy reconocible por la protección de color rojizo que las mujeres y los niños aplican a su piel y a su pelo. Una mezcla de cenizas, manteca, ocre y a veces la resina de alguna hierba, para que el sol no queme su piel y mantener alejados a los mosquitos.
3. La ciudad fantasma de Kolmanskop
Kolmanskop fue la primera ciudad de Namibia en la que se descubrieron diamantes en 1908. Fue gracias a un trabajador del ferrocarril, propiciando que los alemanes levantaran una ciudad al estilo europeo.
En los primeros años los diamantes podían recogerse en la arena, donde brillaban a la luz de la luna. En esta inmensa prosperidad, la ciudad se llenó de mansiones y de todo tipo de adelantos para la época.

A medida que las reservas de diamantes se iban agotando, Kolmanskop fue siendo abandonada. Con el tiempo quedó enterrada por las arenas del desierto, convirtiéndose en una ciudad fantasma.
4. Disfrutar de un cielo estrellado
Cada vez, la contaminación lumínica es más preocupante. Y no le solemos prestar atención. ¿Cuántas estrellas podéis distinguir desde vuestro domicilio?
La contaminación lumínica altera los ecosistemas y afecta a los ritmos circadianos humanos.
La Reserva Natural de NamibRand es la primera reserva de África en estar certificada con el distintivo Oro de Dark Sky. Este se otorga a aquellos territorios que poseen noches estrelladas de gran calidad y que además están protegidos por su valor natural, paisajístico y científico.

Apenas hay alojamientos, por lo que le confiere un punto exclusivo, no al alcance de todo el mundo.
5. La costa de los esqueletos
El Parque Nacional de la Costa de los Esqueletos discurre a lo largo de un litoral de 2.000 km de largo por 40 Km de ancho. De hecho, gran parte de este parque es inaccesible en coche. Las arenas del desierto se funden con las del Océano Atlántico.
A menos que realicemos un vuelo panorámico, no podriamos tomar conciencia del siniestro nombre del parque. Un cementerio de barcos varados. Esto se produce en parte por la corriente de Benguela, que produce densas nieblas, junto a un potente oleaje y fuertes vientos.
6. Etosha National Park
Este parque obtiene su nombre de su principal atracción, Etosha Pan, que significa “enorme lugar blanco”. Un inmenso lago desecado hace cientos de años, con aspecto de tierra lunar, que puede verse desde el espacio.
Tiene unas dimensiones de 120 km de largo por 72 km de ancho en donde predomina la arcilla blanca completamente seca. Por ello, su superficie aparece rota en miles de trozos y durante los meses en los que excepcionalmente llueve, lo cubre una fina lámina de agua.
Observar a los animales como deambulan por este paisaje surrealista es lo que hace al Parque Nacional de Etosha tan especial.
7. Plantas extrañas y sorprendentes
Sin duda, Namibia es la cuna de algunas de las plantas más raras e interesantes del mundo. Han tenido que evolucionar para adaptarse a las condiciones desérticas más duras, con temperaturas de hasta 65º C.
Es posible que, las más famosas y peculiares de todas ellas son la welwitschia y el kokerboom, que despiertan interés turístico por sí solas.
La welwitschia es endémica del desierto del Namib, y habitan a unos 80-100 km de la costa. La poca agua que obtiene para sobrevivir proviene de la neblina del mar y del rocío nocturno del desierto. Su aspecto genera curiosidad y rechazo al mismo tiempo. Tiene una larga vida, existiendo individuos con más de 1500 años. La Welwitschia puede verse en la Welwitschia Drive, a la que se accede desde Swakopmund, y para lo que hay que obtener un permiso para conducir por dicha carretera.

Por otro lado, el Kokerboom, es el aloe gigante que más se puede ver en Sudáfrica y Namibia. Tambien conocido como el “árbol que tiembla” por los bosquimanos, debido al enorme nido comunal de tejedores que viven en él. Sus ramas dentadas, son utilizadas los bosquimanos para la fabricación de flechas.
8. Petroglifos de Twyfelfontein
Twyfelfontein, es un ecosistema muy vulnerable y delicado, región conocida por contar con algunos de las mejores pinturas rupestres y grabados en piedra de los bosquimanos en el sur de África. Además, aquí se encuentra una de las mayores concentraciones de petroglifos del continente.
Se han hallado vestigios de hace 6000 años, del final de la Edad de Piedra, que se les atribuye a los primeros habitantes de esta zona, cazadores y recolectores.

En total, se estima que en el valle de Twyfelfontein se encuentran 2.500 petroglifos.
9. Dunas de Swakopmund
La ciudad de Swakopmund, con su arquitectura de estilo colonial alemana de colores pasteles, es muy curiosa al estar rodeada por el desierto del Namib y el Océano Atlántico.
En las dunas próximas se puede realizar actividades de lo más excitantes, como montar en quad, hacer ski en la arena, tanto con skis como con tabla, o ascender en 4×4 a algunas de las dunas más altas del mundo.
Así como el lie-down, que consiste en lanzarse desde lo alto de una duna colocado boca abajo sobre una lámina de madera, no sin antes claro, ponerse casco porque se puede llegar a alcanzar velocidades de más de 70 km/h.
10. Walvis Bay
La laguna de Walvis Bay, es uno de los humedales más importantes del sur de África. En la laguna pueden encontrarse más de 250.000 aves en la época álgida de verano.
Junto con miles de pelícanos, cormoranes, flamencos y gaviotas plateadas, la laguna también atrae a aves migratorias del Círculo Ártico. De tal forma que, la lengua de arena Punta Pelícano es el hogar de una colonia de focas del Cabo y de delfines, que a menudo se adentran en estas tranquilas aguas.
Como conclusión, a poco que os hayan llamado la atención un par de razones de las que os hemos mostrado, ya seria motivo suficiente para planear un viaje a este fascinante país.
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